Frank-enstein


     
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         I felt the blade of the dagger come from outside, then I realized. The blade cut my skin and I felt the air touch the wound, the blood clotting over the abyss, I imagined. The dagger came out clean, as if it had not cut anything, I always knew.  I didn't feel the flow of blood, nor the slippery nerves warning the brain in despair. I was so calm that he had no choice, he stabbed me again. A tickle ran down my arms, which were not mine. My legs fell asleep, and they were not mine either. The chest received more wounds, again and again, it was not mine, like the hand I used, it obeyed me without being mine, I pushed him away.  I turned my back on him, even though it wasn't mine. He attacked again. I stabbed the shoulder blades, the vertebrae and everything I could reach.  I didn't feel pain. I hit him hard. He fell to the ground. He saw that there was no bleeding. He saw that my wounds were becoming insignificant, I always knew that. With a brain that wasn't mine. With an alien conscience. I could realize that I was made of dead pieces.  I am a sack of rotten meat, cooked with a skein of things that don't belong to me, I don't belong to me, I didn't become myself. That's why I looked into his eyes, shining like a dagger. I could see the fear reflected on the surface, in the shadow of his cornea, which was not mine either. I took his arm, clenched his fist, wielding the dagger. I threatened him with his dagger, with his hand, with his own arm that went down to his instincts and tried to counter my strength. He was a monster like me, except that he would bleed, if he would feel the blood fall to the edge of the abyss. He believes that what others have made of him belongs to him. To me only belongs the decision to let him live, to let him flee terrified and get lost in the world. I was always sure, I knew it. Forever he will think that a badly cooked monster, brought from the dead, lives to avenge himself for what he did. Until the day of his death he will be haunted by the fear that I saw in his pupils today, waiting to see me in some corner ready to kill him. After all, maybe I am a monster.
F. JaBieR

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