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Mostrando las entradas de diciembre, 2018

Saetas y rosas

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English Cuando la comida toca el suelo, no debes comerla, se llena de gérmenes. Así estoy yo, tirado en el suelo, con los gérmenes escalando mis bordes, subiendo a mi vientre.   No los siento, pero estoy seguro que están intentando entrar en mí, meterse por alguna herida mal cerrada para infectarme, espero no encuentren esa entrada. Ese corte que me hice en el dedo con las espinas de una rosa afilada que tenía para regalarte. Fue cuando desarmaba a aquella flor que me corté. Sin embargo, eso no explica como llegué al suelo, como llegué a estar aquí con los gérmenes, colocándoles las puertas de mis entrañas a su altura. Mientras le quitaba las espinas a la flor, toqué una de las espinas, la que me cortó el dedo, la que llegó profundo. Me detuve frente a la ventana. Tenía la mirada perdida, perdida como la bala que me impactó. No vino de ninguna parte, solo apareció allí para herirme como nada y tumbarme al piso. Así fue como llegué al suelo. Sostuve la flor en la mano, su tal

Amor breve / Short love

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English Sabía que le encantaba lo que yo escribía, porque ella era así como yo, breve. Por eso aquel éxtasis pasó tan rápido. Se fue sin despedirse, lo que hizo que aquel momento perdurara por siempre. Jamás la volví a ver. Luego de aquella noche, pienso que debí dedicarme a escribir novelas y no micro-cuentos. F. JaBieR

La primavera de las hojas secas / The spring of dry leaves

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English Encontré una hoja seca en medio del camino, pero no era otoño. La tomé entre mis manos, miré hacia los árboles y todos tenían sus hojas verdes, vivas, llenas de aliento. Sin embargo, la hoja en mis manos estaba seca en plena primavera. ¿Qué le habrá pasado? – Me pregunté. Pensé que el fuerte viento la había hecho caer y que el sol del día la había marchitado, pero no fue así. Lo sé porque aquella misma tarde de primavera me senté junto a los árboles del parque. Otra hoja, en voz baja, muy baja, tan baja como puede ser la voz de una hoja, me dijo: “no te sientas triste, esa hoja viene de los árboles del norte, viajó una larga distancia para llegar hasta aquí”. Estaba seca era cierto, pero ya había vivido su aventura, había muerto lejos de su inicio, más cerca de la vida, más allá de lo que muchas hojas pueden soñar en su otoño; que llega y las deja caer tristes a los pies del árbol desnudo. F. JaBieR

Otro autobús, otra Rosa Parks: Eventos del siglo XXI

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English "La unica cansada era yo, cansada de ceder"  Rosa Parks La estrategia La sociedad la había construido para oprimirla, para mantenerla en el último eslabón de la cadena alimenticia, para mantener su boca cerrada aun cuando podía hablar. Ella hablaba con todos, pero más con los de su clase, los negros. Abordaba el autobús temprano en la mañana. La mayoría de la gente que estaba en el autobús a la hora que ella iba pensaban que trabajaba como secretaria o cajera en algún lugar, pero ella no era empleada de nadie, ella era su propia jefa. Aunque su trabajo como abogada le dejaba jugosas ganancias, ella prefería tomar el autobús, compartir el viaje con otra gente destinada a sus lugares.   Así fue como conoció al caballero. Él era un hombre elegante, engabanado, con el nudo de la corbata bien ajustado y con la piel blanca como la nieve. Todas las mañanas saludaba al chofer y el chofer le respondía el saludo con entusiasmo, lo que hacía evidente que el

El cántico del caracol vacío

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English En el tiempo en que esta isla de hoy era otra, cuando ocurrió la mezcla del taíno y el negro, en un paralelo extraño que no se vivió nunca, había una negra llamada Mabú. La negra Mabú era la mayor de seis hermanas. Fue raptada de una playa africana y despertada bajo el recién estrenado sol de la isla caribeña, Borinquén. Era mil cuatrocientos y algo, un algo de más o un algo de menos. Mabú se escapó de su ama blanca y fue a parar en un pequeño poblado taíno, en una pequeña isla anexa a la isla grande. Mabú no entendía a los taínos, ni los taínos a ella, pero la acogieron como una más, como otra expatriada en las filas del exterminio. Eran esos tiempos del caribe oprimido, si es que alguna vez pasaron, si es que alguna vez eso quedó atrás. Y en la pequeña isla Mabú se hizo parte de la familia, la mayor de tres hermanas emparentadas por la fuerza, mezcladas como el agua y el aceite. Las taínas Guaninina y Maguax eran las hijas del cacique. Todos los taínos de la a