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Cinco más

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Torrente           Aquel hombre luego de tantos años, lloraba “como si hubiese nacido con un saco de cebollas mondadas detrás de los ojos”. Verdades           No se callaba una verdad, pero todas las decía con los dedos cruzados.     Cuarenta y veinte Apenas era un niño para ella, pero tenía un olor a caballero que la traía enamorada. País en crisis           - ¿ Y el cordero que había en la insignia del escudo? -Por la lana hay que hacer sacrificios. Barco perdido           - No nos lo ha dicho, pero el capitán nos lleva a la deriva, desde que dejó su tierra.

Cinco microcuentos

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Acertijo            Llevaban meses discutiendo el asunto. Con el tiempo los meses se volvieron años y los años décadas.   Murieron y jamás supieron en que idioma pensaban los que nacían sordos. Rotación           La tierra gira sobre su propio eje. La economía gira a favor de los bolsillos llenos y en contra de los vacíos. La gente gira su cara en ambas direcciones, sin saber a dónde ir. Suicida           Iba a ahogarse. Entraría en una ola, como un poema se abrazaría en el salitre que la arrastraría a la profundidad. En la orilla de la arena se celebraba una fiesta, sol, arena, alcohol, todos parecían tan felices… lograron verla. La mayoría se metió al agua, no la dejaría morir. Ella estaba decidida,  cerró sus ojos y aferrada a su corazón comenzó a hundirse, rápido, muy rápido, como si estuviese llena de mundos por adentro. Los que intentaban rescatarla se esforzaban, pero ella se hundía a toda prisa y los vacíos que ellos llevaban solo los hacían flotar.

Microcuentos de un mundo que ocurre

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Lucha           Debían luchar por sus derechos, porque no los tenían, siendo seres humanos como los que le negaban la justicia. Símbolo de paz I           En el barrio hay una paloma blanca que se pasa cagando a la gente. Símbolo de paz II           Los muchachos de la esquina lograron capturar a la paloma. La metieron en una jaula y la traficaron por par de billetes a un evento cercano, donde con el sonar de unas trompetas, la soltaron como símbolo de paz. Ausencia           Eran dos padres ausentes en la vida del niño que estaba allí sin haber pedido que lo trajeran. Sacerdote           Luego de esa etapa de la pubertad, en contra de toda regla, entregaba la comunión con la mano izquierda. Cautiverio Era una de esas tantas personas que se sienten encerradas, pues son el ave y son la jaula. Paradoja           Tenía razones para ser fanático. Deslizar           Deslizando el dedo sobre el vidrio con luz, así se pasan muchas

Microcuentos de aquí para allá

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Escribir Por el Pasillo de un lado a otro, una y otra vez. Los pasos me desconcentran. Tiempo invertido Por la mañana a la escuela, por la tarde al ballet, luego a cenar, luego a las tareas, luego a dormir porque el día no da para más. De aquí para allá           Por eso solo solemos guardar solo un minuto de silencio. Vida La vida se pasa de un lado a otro, sin poder detenernos para darnos cuenta de cómo pasa. Ventilador En la habitación, de un lado al otro, del otro al uno, toda la noche y yo sin poder dormir. Columpio Era su risa un vaivén que jamás se iba. Luego saltó del columpio y con el tiempo dejó de mecerse.

Cualquiera

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Cualquiera 1 Quería huir, siempre lo había querido. Levantarse una mañana y caminar hacia algún lugar desconocido. Cualquiera 2 <<Qué no puede despegar con este clima>> decía la azafata. Cualquiera 3 No hay mucha valentía para huir cuando se le tiene miedo a los aviones, más bien al hecho de estrellarse, tal vez fue eso lo que lo detuvo en el aeropuerto. Cualquiera 4           La azafata decidió bajar de ese avión. Eso hizo que se retrasara el despegue.   En un pasillo del aeropuerto coincidió con un hombre que le pareció sospechoso. Cualquiera 5 <<¡Una bomba!>>. El aeropuerto se detuvo en el tiempo, o al menos el tiempo se detuvo en la gente, en la que estaba allí, en los que iban y venían, en los que estaban en el aire. Cualquiera 6 Cuando se retomó el tiempo ya los oficiales de la ley tenían todo rodeado y una mirilla de alto calibre apuntaba en secreto a un individuo justo en la nuca. Cualquiera 7 En la morgue había

Microcuentos desvelados

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Un desvelo, una barra y una pregunta indiscreta Me quedé mirándola fijamente. Ella llevaba una de esas vestimentas completas que requieren que metas tus piernas y subas toda la ropa hasta cerrarla a la altura del pecho. Ella debía pensar que quería algo con ella. Le observaba los botones que se extendían desde la cintura hasta el pecho y la tira de tela que subía hasta hacerse un nudo en la parte de atrás de su cuello.   Tal vez mi mirada la incomodó un poco. Le observaba los brazos, que estaban cubiertos por unas pequeñas mangas ancladas al resto de la vestimenta.   Sonriente, me le acerqué, me devolvió la sonrisa. Se veía algo nerviosa.   Me agaché hasta su oído y le dije: ¿Para mear tienes que quitarte todo eso hasta abajo? Desvelo y frustración   No alcanzaba sus sueños ni dormido ni despierto. Sueño roto           Era difícil admitir que no podía manejar aquello que sentía. Conductor Manejaba sus sentimientos como conducía el coche. Por eso d

La taza

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Luego de tres horas de visita, les ofrecí café. Aceptaron gustosamente, yo ya había tratado todas las supersticiones para que salieran de mi casa: coloqué una escoba detrás de la puerta, tiré un vaso de agua por la ventana y hasta dije “qué rápido pasa el tiempo.” Mientras preparaba el café me esforcé por concebir una idea que alejara las visitas. Me costó bastante tener la idea perfecta, pero cuando la tuve, no dudé en ponerla en práctica. Con un marcador finito logré escribir en el fondo de la taza con una letra muy clara.   Les serví el café.   Sorbo a sorbo se lo fueron tomando. Despacio porque estaba caliente. Soplando para que se enfriara.   La conversación sobre no sé qué bagatela se extendió hasta que la primera persona terminó su café. Los ojos de huevo frito que tenía hizo que la conversación se desenfocara.   Todos le preguntaban si estaba bien. Yo sonreía y me ponía un dedo en la boca pidiéndole que guardara silencio, como si fuera nuestro pequeño secreto. De uno en u