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El silencio que me habita
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En el silencio está todo, lo uno y lo diverso unido en la sombría crueldad de un conjunto sin significado, el conjunto de las preguntas y las respuestas, la nada compuesta de algo. Cuando hablamos cortamos el silencio con el aire, limitamos con letras punzantes la realidad completa, encontramos la orilla ante el inmenso mar, filtramos en un hilo lo que es una madeja. Es ahí cuando se interpreta, cuando nos disponemos a tejer sueños con el hilo cuando la esencia está en la madeja, en el desorden, en el silencio. Lo que decimos no tiene sentido sin lo que pensamos y tiene otros sentidos por lo que otros piensan, porque enredan el hilo suelto en sus madejas, y el hilo pierde su valor inicial, pero termina donde empezó, solo que, en otra parte, en otro silencio, en el lugar donde al fin y al cabo habitamos todos, el desorden, el silencio, donde realmente existimos como somos, aunque no lo sepamos. Deshílame sin miedo, rompe en pedazos el desorden, desordena más, limita el caos
Con nombre de mujer
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Solo hablaré con quien tome esa pistola y me apunte a matar. La multitud se quebró en silencio, solo sollozos merodeaban por el polvo que regodeaba el suelo. ¡Quién se atreve a matarme! Parecía estar hablando con la nada hasta que un hombre tomó el arma y le apuntó justo a la frente. ¡Al fin! Alguien valiente que se atreve a enfrentarme y dime que quieres. Mejor no me digas, quieres que haya seguridad en el poblado. No hace falta, está hecho, si me matas cualquiera de ellos dará la vida por ti. ¿Quieres ser un héroe? Dispárame y tendrás que salvarlos a todos. ¿Quieres justicia? Dispárame y asume la culpa de tus actos. ¿Quieres los lujos que yo tengo? Dispárame y ellos te mataran, porque también los quieren. ¿Sabes porque no me has disparado? Porque solo tú sostienes el arma, nadie más se atrevió, acéptalo, tú no quieres cambiar todo esto, tu solo quieres estar en mi lugar. Dispara y será tuyo, solo tuyo, y ellos te odiaran. El hombre, temblando bajó el arma, sintió que era
Microcuentos de otros lados
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Otra gente Hay desconocidos, que cuando los conoces, valen la pena. Camino obscuro Para no perdernos en la noche, no salgamos. Es así como nos perdemos de todo. Contigo Lejos, pero no distante. Libre Quiero ser libre y volar en el espacio de los abrazos que me das. Siglo XXII Más nos vale aprender a volar en los espacios cerrados. Tocar de oído Seamos el compás de nuestra propia música y aprendamos juntos la canción. La última página Esa página mentirosa, que usualmente nos habla de un final feliz.
La libertad de las mariposas
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English Juegan las mariposas en la orilla del viento alto, en el espacio abierto de los adentros, en el filo del acantilado, desde donde las veo. Llegué hasta aquí siguiendo solo a una de ellas, una pequeña que voló cerca de mí en la mañana de un día 20, ahora son muchas, parecen estar fuera y dentro de mí, al mismo tiempo, quebrantan la física estando lejos en el aire y acariciando mi piel en un mismo evento. Será mi imaginación, me digo, imaginación cruel y despiadada, que me hace soñar mientras me siento allí al filo del acantilado, entre el balance de la vida y la muerte. Alguien me dijo que este riesgo era innecesario, podía atrapar una en un frasco y llevarla conmigo. Que locura, eso es una verdadera atrocidad.