La libertad de las mariposas




Juegan las mariposas en la orilla del viento alto, en el espacio abierto de los adentros, en el filo del acantilado, desde donde las veo.  Llegué hasta aquí siguiendo solo a una de ellas, una pequeña que voló cerca de mí en la mañana de un día 20, ahora son muchas, parecen estar fuera y dentro de mí, al mismo tiempo, quebrantan la física estando lejos en el aire y acariciando mi piel en un mismo evento. Será mi imaginación, me digo, imaginación cruel y despiadada, que me hace soñar mientras me siento allí al filo del acantilado, entre el balance de la vida y la muerte. Alguien me dijo que este riesgo era innecesario, podía atrapar una en un frasco y llevarla conmigo. Que locura, eso es una verdadera atrocidad.

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