Mi-crocuentos



El momento exacto
-Si mi vida fuese a ser relatada de alguna forma me gustaría que fuese un microcuento. Serían pocas palabras, tal vez algo confusas… el resto de la historia estaría en la mente del lector, y en ese momento exacto, entenderíamos, que el grueso de una historia no se mide en sus palabras.


Momentos
Millones de momentos atrás, llegué a la vida. Momentos atrás, pero no tantos, pensaba en cómo decirles esto. Hace muchos momentos, esta vez bastantes, tuve la oportunidad de contar historias, en esos momentos, que ahora son pasado, contaba lo que me venía a la mente, sin propósito alguno. En cambio, ahora, en este momento, escribo con intención, con la intención de que este momento sea nuestro, tuyo y mío.

Yo
Hablar de mi no es algo que me guste, sin embargo, lo hago en exceso. Durante años he dejado las cosas escondidas a simple vista, para que nadie las vea. En cambio, hoy estoy hablando de mí, de las cosas que hago, como un mago revelando un secreto. Bueno, tal vez, por alguna razón no confiamos cuando un mago explica el truco, probablemente porque pensamos que ese es el truco. Quizás todo se relaciona con la biología, en el caso de una metamorfosis. ¿Qué hay de la oruga cuando está en la crisálida? ¿Qué es en esos momentos en que aún no es mariposa? ¡Puros efectos bioquímicos! Diría yo, pero no lo sé con certeza.  Aun así, hay algo dentro de la crisálida, hay algo detrás del truco de un mago, hay algo detrás de lo que creemos es una explicación del truco del mago… bueno siempre hay algo más, nuestros ojos y sentidos, atentos a lo que no vemos, al truco, a la explicación que puede ser un truco o a todo el acto de magia del cual salimos perplejos.  ¿En que estábamos? ¡Ah! Hablando de mí…
Me encanta el ajedrez, el tablero está lleno de opciones, de piezas puestas en su lugar y movidas estratégicamente, excepto por la pieza de la reina que es una total rebelde. Y el ajedrez es todo un proceso bioquímico, todo un truco que tiene fe en que del sombrero saldrá un conejo y no una serpiente venenosa (que igual sería sorprendente). Nos sorprenden las cosas que no entendemos, las cosas que parecen milagros y los nacimientos, como el mío que ocurrió hace más de 20 años y sorprendió al doctor cuando mi pie se encajó en la costilla de mi madre. Él no lo podía creer, pero lo hizo, y se inventó un truco para sacarme. Bueno, no lo inventó, solo recreó algo que ya estaba inventado. Pero igual era todo impredecible, fue el truco del conejo en el sombrero.
Ah… y volviendo a mi…. Que puedo decirles, sufro fiebre de estrellas. Ellas están allá quemándose a millones de años luz, procesos químicos sostenidos en el anti gravitacional universo, en el espacio, en el lugar donde las lágrimas flotan, donde el sonido de una sonrisa no se detiene. Tan maravilloso es el espacio, que lo miras y te ves diminuto ante la inmensidad de un todo, obscuro y brillante como un velo mágico que oculta el truco, que oculta en una crisálida las químicas de la futura mariposa.
Y… ¿Qué quería decirles? No lo recuerdo, pero lo descubriremos en el camino, sonreiremos juntos y seremos parte del truco de magia, de las estrellas, de la química de la mariposa, del susto de un conejo que sale del sombrero y ve que todos lo miran.

Evolución
El pez primitivo nadó por la orilla. Años después, quedaron marcadas en la arena seca, las huellas de su caminar. 

Cambios
Cambiemos juntos, a la orilla del mar, con la sal sacudiendo nuestra piel, con el viento golpeando las olas en nuestras mejillas. Cambiemos y dejémonos sorprender.
Felicidad
He sido feliz desde hace mucho, me encanta la variedad de los momentos, disfruto de lo cambiante de la vida. –¡Ven! - una nueva aventura nos aguarda, es el momento, una vez más.
F. JaBieR

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