Reverenciando a las ovejas
Llegado el amanecer los comandantes observaban, vanagloriaban y reverenciaban lo logrado. Nada hubiese sido posible sin la invención y el riesgo que enfrentó Ambrosio. Si bien es cierto que pocos sabían de su trabajo en las granjas, de alguna forma el gobernador de la provincia se enteró y pensó que un experto en animales de granja era la persona más indicada para mantener cautivos a los delincuentes. Sin lugar a dudas la provincia estaba destinada al fracaso. Cada día la criminalidad aumentaba, tanto así que llegó el momento en que hubo más delincuentes que civiles. Fue por eso que los comandantes de guerra hicieron lo necesario para lograr encarcelar toda la provincia, todos juntos, buenos y malos. A la larga la decisión tomada agravó el problema, siendo la maldad una enfermedad de contagio rápido, toda la provincia se infectó del mal, o de injusticia. La provincia entera terminó rodeada de cercas, para que nadie escapara. La angustia invadió al gobernador cuando la provincia