Nubes movedizas
Una llamada hizo sonar mi celular, era la policía para
informarme sobre el asesinato del padre al que no veía hace 20 años. Me dijeron que había sido apuñalado. Agregaron que la muerte
se debió a que el o los asesinos lo envenenaron. Presuntamente, según los testimonios
de las vecinas, una persona joven salió de la casa la noche de los hechos. Una declaración anónima, indicó que la persona que salió de la casa tenía entre unos 20 a 25 años. Estoy
segura que ese "testimonio esclarecedor" salió de entre los escasos dientes de doña Eri, biógrafa de
cada chisme que nace y muere en la cuadra. Debía ir lo antes posible a identificar el cadáver.
Le dije al agente González que estaba en un viaje de negocios y que me tomaría
al menos una semana llegar a la isla. Pedí, que de ser posible, hicieran una
investigación minuciosa y que de tener cualquier detalle me lo informaran lo
antes posible. Esto con el fin de evitar los rumores que son agua para lengua de chismosos.
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