Isla de hielo





Ante la inmensa cantidad de personas reportadas como desaparecidas el detective se dio a la tarea de encontrar una explicación. Tardó meses en obtener pistas, cuando reunió las suficientes, partió hacia la isla. Al llegar, el lugar le pareció una completa paradoja. Estaba en un área tropical, sin embargo, la isla estaba hecha completamente de hielo sólido. No solo el suelo, sino que también los animales, las montañas, las casas, los árboles e incluso algunas personas. El detective intentó hablar con alguien, pero no pudo. El frio era inmenso y los habitantes de la isla eran personas frías, estaban congeladas hasta el estómago, no tenían sentido de la amabilidad y mucho menos de empatía. Peor aún, se habían insensibilizado ante los crímenes, eran indiferentes ante al cambio climático y eran los más egoístas. En la isla de hielo nadie conocía el bien común. El detective, no encontró que hacer para poder ayudar, pero logró identificar a todas las personas de la isla, que evidentemente, coincidían con los reportes de desaparecidos.  Decepcionado de sí mismo, salió de la isla. Al regresar a su trabajo expuso lo que había descubierto. Sus compañeros sugirieron que una forma de ayudar a esas personas era recordarles a su familia y las cosas que tenían antes de desaparecer. Para no poner en riesgo a nadie, se acordó que solo el detective regresaría a aquel lugar. Así lo hizo, cuando regresó encontró la isla aún más fría, tanto que no pudo acercar el barco lo suficiente a la orilla porque se comenzaba a congelar. Hizo un llamado a todos para que se acercaran, tardó mucho en lograr convencerlos, pero lo hicieron. Todos se reunieron frente a una pantalla muy grande que el detective había colocado. En la misma comenzaron a reproducirse imágenes y videos que recogían experiencias únicas. Las personas desaparecidas, habitantes de la isla de hielo, reconocieron a sus familiares, recordaron los buenos momentos que vivieron, el sabor de los pequeños momentos mágicos. Los corazones de todos comenzaron a emitir el calor que habían perdido, poco a poco recuperaban el brillo humano que se acumulaba en sus ojos.  En ese momento el detective se dio cuenta de lo inevitable, la isla se empezaba a derretir y cada vez más rápido. Hizo todo lo que pudo por subir a todos al barco, pero no fue posible, para algunos fue demasiado tarde. Los sobrevivientes regresaron a sus casas. El detective revisó el trabajo realizado y notó que el nivel de agua en las distintas costas había aumentado. Se preocupó un poco, pero pensó que eso era causa del calentamiento global y en todo caso, se necesitaría una isla mucho más grande para que el nivel del mar lograra tapar parte habitada de la Tierra. Desechó su preocupación, pero esta volvió meses más tarde, cuando observando fotos de satélite notó que otra isla de hielo se extendía sobre el mar.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los tres cerditos: una historia de terror / The Three Little Pigs: A Terror Story

El calcetín rojo

Érase un Hombre que quería un corazón de piedra