Angustia
(Parte 3) Angustia, la hermana de Everina, llegó a la casa arrastrada por los rumores de que un hombre estaba viviendo con su hermana. Para desgracia de su nombre, llegó demasiado tarde. Samuel se había marchado hacía varias semanas. Cuando llegó a la casa casi no la reconoció, la madera estaba triste, opaca, envejecida como por un abandono. Everina había cesado de llorar, pero en el suelo había un agujero húmedo que Angustia reconoció. Everina solía llorar mucho cuando era niña y sus lágrimas acumulaban tantos sentimientos, que cuando caían al suelo, comenzaban a agujerarlo. Angustia cortó un pequeño corazón de tela, y como siempre, lo pegó para cubrir la huella del llanto. Everina y Angustia se encontraron en el corredor, se dieron un fuerte abrazo y se compartieron las historias, Angustia prometió no dejar sola a su hermana y recordaría su promesa con pesar, el día que fue sentenciada. La casa detuvo su deterioro, ...