Figurita de arcilla
Estaba
moldeado a la medida, ajustado con el detalle con que los griegos esculpían a
sus dioses, no había defecto en la compactada tierra que me formaba, era una
obra maestra que todos querían mirar, tener y tocar. Pero ese día de lluvia,
que algunos dirían fue catastrófico en mi historia, mi tierra se mojó y me
convertí en pantano. Mi creador usó nuevamente sus manos para devolverme mi
perfección, lo intentó, le salieron llagas en los dedos tratando de devolverme
a mi figura perfecta. Pero cuando apretaba la yema de sus dedos en mi tierra,
se perdía la forma, la perfección se hacía pedazos, como si la arcilla se
negara al contorno de las manos, entonces dejó que me secara con esa forma
grotesca. Volví al museo, imperfecto, y la gente se acercó para verme como
realmente soy.
Realmente profunda esta historia donde al protagonista quieren rehacerlo pero ya vale mucho como realmente es.
ResponderBorrarTe sigo JaBier en este precioso blog.
Vendré a visitarte en mis horas reflexivas, donde tus palabras me invitan.
Un saludo.
Me alegra mucho, siéntete más que invitada al pasearte por aquí. Saludos, desde este lado de la pantalla.
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