Espejismo
Sé quién soy, sé que vivo en mí. Estoy consciente de que manejo un cuerpo que de algún sitio ha venido. Cuando chico, mi cuerpo y yo éramos uno. No entiendo cómo, un día me di cuenta de que yo era solo quien movía la maquinaria. No estoy seguro, pero creo que no hay forma de salir de aquí sin llevarme mi cuerpo. Pero no me molesta mi estancia, más me desconozco; en los espejos solo veo el cuerpo que me cubre. Me pregunto qué forma poseo, algunas veces me imagino como un soplo de espinas que en pieles finas se convierten en caricias. Sí, así debo ser, más se tornan mis acariciadas espinas en aguijones punzantes que ennegrecen el alma. Monstruoso, sombrío, me apodero de mi cuerpo y se obscurecen mis ojos porque adentro todo está en tinieblas. La música mueve mi inexistencia y haciéndole cosquilla a mis nubes, las mueve, mientras entre las ventanas de este cuerpo se cuela la luz blanca de la luna. Me encanta ...