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Microcuentos azarosos / Random microtales

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English Para el mundo Le di al mundo lo mejor de mí, cada profundo y valeroso esfuerzo, pero el mundo no lo necesitaba. Queridos amigos Cuando lo rescataron fue la última vez que lo vio. El náufrago se tomó un momento a solas para despedirse, al no encontrarlo recordó sus palabras: “cuando te rescaten, no me encontrarás, dejarás de imaginarme”. Estar joven Desde hace unos años, cuando me miro al espejo, me he dado cuenta de que tengo más buenos recuerdos de los que aparento. Destino azaroso Era una señora con ambiciones, e hizo lo que oyó, le puso vida a los años. Por desgracia, duró poco.     Soy bipolar Mi esposa siempre comenta que es bígama. En cada lugar la miran con desprecio, de soslayo. Incluso su familia la ha menospreciado por su comentario y no entienden la broma. Cuando es noche en alguna parte Él era un hombre de sol, en el día trabajaba, y en la noche, se iba a otra parte.  

Mi-crocuentos

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El momento exacto -Si mi vida fuese a ser relatada de alguna forma me gustaría que fuese un microcuento. Serían pocas palabras, tal vez algo confusas… el resto de la historia estaría en la mente del lector, y en ese momento exacto, entenderíamos, que el grueso de una historia no se mide en sus palabras. Momentos Millones de momentos atrás, llegué a la vida. Momentos atrás, pero no tantos, pensaba en cómo decirles esto. Hace muchos momentos, esta vez bastantes, tuve la oportunidad de contar historias, en esos momentos, que ahora son pasado, contaba lo que me venía a la mente, sin propósito alguno. En cambio, ahora, en este momento, escribo con intención, con la intención de que este momento sea nuestro, tuyo y mío. Yo Hablar de mi no es algo que me guste, sin embargo, lo hago en exceso. Durante años he dejado las cosas escondidas a simple vista, para que nadie las vea. En cambio, hoy estoy hablando de mí, de las cosas que hago, como un mago revelando un secreto. Bu

El niño importado

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Ellos sabían de antemano que sería una tarea ardua, más que ardua, mezquina. Tanto así que habían preparado algunos sobornos con anticipación, no tanto por voluntad propia, más bien, fueron sugerencias inocentes que soltaron al aire los abogados. Se enfrentaban a una adopción trans-oceánica, a sacar a un niño del seno de su mundo para traerlo a una tierra hostil. Por supuesto, los padres adoptivos no eran ningunos fulanos, estaban a la altura de los Fonalledas y de hecho los futuros padres también eran dueños de un centro comercial. Desde allá arriba, trepados unos metros más arriba del vértigo, comenzaron los trámites para importar al niño a la isla. La legalidad iba a tomar tiempo, decían los abogados. El niño nació un 23 de julio y sin saberlo ya tenía su primer boleto de avión comprado. Los padres aterrizaron en Taiwan dos días antes del parto, se aseguraron de tener todos los papeles a mano. Cuando nació el niño lo cargaron en brazos, lo arrullaron y aguantaron las ganas d

La paradoja de la teletrasportación

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Se concentró, durante horas miró fijamente a la pared. Él sabía que podía lograrlo, al menos estaba convencido de que sería así. Fue su sueño desde niño, poder trasportarse usando solo su mente. Las horas de intentos se agruparon en días, los días en semanas, las semanas en meses y los meses en años. Nunca pasó nada, solo el tiempo le pasaba por encima de un lado a otro. Pese a sus largos ratos de concentración no dieron resultado, no tuvo otro remedio que reducir el tiempo de práctica a solo unas horas al día. El tiempo que pasaba sin mirar la pared era grandioso, viajó, conoció personas, se tiró en paracaídas, hizo todo lo que pudo por sentirse vivo…pero el final de cada día era siempre la misma escena: él mirando concentrado hacia una pared. En un momento de frustración, por no lograr su sueño, el amor llegó a su vida. Él no podía creerlo, su vida había tomado un sentido diferente, se sentía feliz, enamorado, elevado a otra dimensión, pero igual, cada noche la mirada concentrada

El corazón de la manzana

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Todos decían conocerlo. Lo saludaban al verlo, le preguntaban por la familia, por la salud, por sus logros y por algunas otras historias y anécdotas. Él a veces se asustaba, era todo muy por encima. Aun así, se daba a conocer, se prestaba al cariño de las personas. Todos hablaban cosas buenas de él, tal vez algunos malos comentarios por algunas rarezas, pero nada superaba los buenos comentarios. En las fiestas todos se divertían, bailaban, cantaban y festejaban con él. Fue en una fiesta, precisamente, donde conoció a María Luisa quien llegó a conocerlo más que nadie. Pasó gran parte de la vida a su lado, lo conoció joven, experimentó con él todos los cambios del tiempo y reafirmó lo que todos demás decían conocer de él. La mayor parte del tiempo, él era de todos aquellos   que lo conocían, excepto por unas horas que se encerraba en su alcoba y se ocultaba del mundo, las miradas e incluso de sí mismo. Todos los que lo conocían, incluso María Luisa, ignoraban lo que él hacía ence