Neuronas Sonámbulas
Corría,
corría, y corría. El camino era infinito, un sol se desangraba sobre la arena. El frío era insoportable. En la orilla un barco se quedaba atascado en
un remolino. Yo volteaba la cabeza a todos lados. De repente se comenzaron a caer todas las
estrellas del cielo. Como una cascada se derramaban sobre la tierra dejando
unos cráteres enormes. Yo seguía
corriendo, ahora dentro de un edificio, donde estaba destinado a encontrar el
piso catorce. Llegué a la azotea y me
encontraba en Paris, junto a un hombre loco que mataba cigüeñas. Me dirigí nuevamente abajo, no había
encontrado el piso catorce. Salí por la puerta principal, me detuve. El sol se
asomaba tras el edificio, recordé que no podía ser tocado por su luz, comencé a correr otra vez, la luz
fría del sol me perseguía casi tocándome
los talones. En el gran desespero que tenía impacté una pared. Todo se volvió
obscuro, no veía nada.
Dos segundos más
tarde estaba encerrado en una caja de cristal que se llenaba de agua. Entonces
lo entendí. Estaba teniendo una pesadilla.
Toqué con un dedo unas de las paredes del cubo de cristal. Al instante
se quebró, y desperté. Observé el reloj, eran las 12am. A través de la ventana
se colaban los rayos del sol. ¿Sol a las 12 de la noche? Me pregunté. Me pellizqué. No lo podía creer, me recosté
sobre la almohada, pero la luz del sol no me dejaba dormir. Entonces fui a
tomar un vaso de agua. Bajé las escaleras de mi casa y caminé hasta llegar a la
cocina, bebí agua. Volvía a mi cuarto, pero al mirar hacia el segundo piso noté
que las escaleras habían desaparecido. Comencé a saltar para alcanzar el borde
del pasillo que da a mi cuarto. De
repente me percaté de que estaba allí
solo, me reía de una sombra huesuda que me miraba con sus cuencas de los ojos
vacía. Me preguntaba si me estaba viendo. No sé cómo pero de repente el suelo desapareció, me deslizaba entre
muchas rocas de las cuales no podía sujetar, porque estaban recién bañadas y el
jabón hacia que se me resbalaran de las manos.
Estaba a unos 100 metros del suelo,
cada vez veía el suelo más cerca.
Alcanzando los 10 metros no podía gritar. Ya faltaba poco, unos tres metros y chocaría contra el suelo.
En el metro uno, poco antes de tocar el suelo desperté.
Ya,
estoy despierto y lo confirmo, son
las 4 am, la luna está en su lugar
correspondiente, escribo mi sueño, solo tengo par de minutos antes de
olvidarlo, debo acostarme a dormir, pero temo que vuelva a tener otra
pesadilla. Ahora recuerdo que mañana
tengo que ir a esa clase, a esa a la que
no quiero ir porque no me gusta. Pero tengo
un examen. Me pregunto si todavía estoy soñando.
Comentarios
Publicar un comentario