Microcuentos Serviles
El sueño del esclavo
El esclavo soñaba con
ser libre. Estirpes después, nos parieron con el ADN sudoroso, nos convencieron
de que el trabajo nos haría libre. Y así arruinamos el sueño y soldamos
nuestras propias cadenas.
La máquina patinaba
Con eso de la
producción en línea nos hemos especializado en una sola cosa, hemos bloqueado
las otras necesidades porque alguien se ha especializado en ellas y entre todos
somos como una enorme máquina. Lo que pasa con las máquinas es que las piezas
son reemplazables, y cuando sales de la máquina, ya no hay quien te enseñe a
vivir como humano.
El secreto de la mucama
Se barre toda la
casa, luego puedes utilizar una aspiradora o la parte de abajo de una alfombra;
y que se jodan.
Plebeyos
Entraron en un
restauran e hicieron que el mesero los complaciera en todo, se estaban dando el
gusto de ordenar, antes de salir a ser ordenados para ganar un par de pesos.
El arcoíris se aleja
Mientras
otros se divertían, él estudiaba. Mientras otros dormían, él trabajaba.
Mientras otros descansaban, él persistía. Su plan era esforzarse más que nadie
para luego divertirse, dormir y descansar, pero no duró tanto. Así es la vida.
El dominado
Cuando el pescador
sacó las redes, vio que algo brilló. Al vaciar la pesca encontró una ostra
semi-abierta. “De seguro es una perla”. La tomó en su mano para observar el
interior de la ostra con detenimiento, pero esta se cerró. El pescador que
juraba a haber visto la perla, intentó abrirla, pero aquella ostra era testaruda
e indestructible. Ni a golpes de martillo pudo romperla. Iracundo, furibundo,
colérico tiró la ostra al mar. Cuando la ostra tocó el agua se abrió, pero se
encaminó al fondo de inmediato. El
pescador saltó tras ella y ambos se hundieron en el mar.
Ovejas
Se ponen de pie. Se sientan. Se arrodillan. Y
repiten.
Genética
El castigo de aquel
pobre hombre era haber heredado la calvicie. Lo intentó todo, hasta injertarse
pelo, pero eso estaba en los genes, todos los hombres en la familia se quedaban
calvos. Las reuniones familiares siempre eran un calvario.
Trampa servicial
Cuando el rey lo
hacía llamar él siempre llegaba con una sonrisa. El rey no lo entendía y se
ponía iracundo, se moría de envidia. Y
eso el bufón lo sabía.
Los Washingtones
Y esos verdes que
andan en los bolsillos, son capaces de comprar a la mano que los carga. La
servidumbre es “voluntaria”.
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Tremendos!
ResponderBorrarMis favoritos: El sueño del esclavo y Ovejas.
Gracias por compartir.
¡Gracias a ti por leer! Saludos.
BorrarMe ha gustado el de los calvos, jajaja me estaba riendo y hasta me ha preguntado mi pareja por qué me reía. Buen trabajo, da para un librito ... yo, lo dejo caer.
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