Al final del camino




Como era de esperarse, ya estaban perdidos. La última media hora la habían pasado discutiendo sobre qué dirección debían tomar. Tata y Carmelo estaban detenidos frente a las dos  vertientes del camino. Tata decía que el camino seguro era el que estaba al lado derecho. Carmelo decía, que el camino del lado izquierdo tenía más luz.  Como la mayoría de los humanos, Tata y Carmelo, no podían ponerse de acuerdo. Ni a la derecha, ni a la izquierda;  el mejor logro de ambos fue acordar que cada uno iría por su lado. Sin perder más tiempo, del poco que tenían, comenzaron a caminar.

-Este hombre jamás me hace caso, creo que se fue por el camino izquierdo solo por llevarme la contraria. ¿Habrá notado que en las películas el camino derecho siempre es el correcto? Supongo que no,  jamás me escucha a mí, mucho menos escuchará una película. No cambia, siempre terco. No entiendo cómo es que estoy con él.

-¡Ay, qué mujer!  Intento ayudarla, pero no es fácil. Todo tiene que ser a su manera, nunca se deja llevar por mi instinto. Tal parece que para ella soy un completo inútil. Es posible que encuentre una  salida y ella me diga que esa salida no sirve. Claro como no la encontró ella.

Tata y Carmelo continuaron su camino y a lo largo de este, siguieron murmurando las cosas negativas que uno veía en el otro. Tanto el camino derecho como el camino izquierdo parecían interminables. Ambos  estaban muy cansados y comenzaron a desear estar juntos.

-Si Carmelo estuviese aquí me ayudaría, de seguro me buscaba agua o me cargaría a sus espaldas. Lo extraño.

-Si Tata estuviese aquí me hubiese ayudado, de seguro me daba algo de comer y nos hubiésemos detenido a descansar. La extraño.

Sin remedio alguno, Tata y Carmelo, continuaron su camino. Luego de marcar huella en un largo trayecto ambos caminos se cruzaron. Por ende, Tata y Carmelo se encontraron. Casi sin poder evitarlo  corrieron a abrazarse.  La sublime luz de la luna acariciaba sus rostros.  Sin embargo, no había más camino.

Si comienzas a extrañar lo que esa persona hubiese hecho por ti, en vez de extrañar a la persona, puede ser que estés llegando al final del camino.

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