Cartas



Carta 3
Querido Claudio:

          No sabes cuanto me alegra saber de ti. La carta que me enviaste es maravillosa. Es curioso pero cuando la recibí sabía que era tuya. Primero lo supe por el sobre, las manchitas de colores que tenía por todas partes  lo hacían tan especial como tú. De repente me pareció estar viendo los pequeños lunares que adornan tu cuello, eso que la chicas siempre encuentran tan atractivos.  Tú eres una historia para ser pintada, quizás algún día pinto tu historia o nuestra historia, al menos lo que quede de ella.  Debo reconocer que me encantó eso que escribiste: “Mi flaca… me encanta recibir tus cartas.  Siento que con cada una viene un pequeño pedazo de ti. Imagino el trabajo que te habrá dado colocar tus sentimientos dentro de un sobre y luego enviarte a ti misma a través de los cielos. Siempre lo logras, sobrevives al viaje y llegas hasta mi puerta. Lo mejor de todo es que puedo guardarte y leerte una y otra vez. La vida es un misterio… ” Nunca lo había pensado, pero igual yo guardo tus cartas y las leo una y otra vez. Ya sé cuáles debo leer cuando estoy triste  o alegre. 

          Tú siempre me alegras, no sé ni cómo.  Quiero decirte que la otra vez fui a ver a Maritza, la esposa del alcalde. Como ya te había dicho, sabía lo que quería.  Era obvio, quería saber con quién la engañaba su esposo.  Debí extorsionarla, chantajearla o torturarla… no hice nada de eso, solo le dije que esperara que pintara su retrato y me fui. El punto era dejarla con la duda, una persona que no se esfuerza por ver más allá de las apariencias merece morir en la incertidumbre. Una incertidumbre provocada intencionalmente, si se esfuerza puede que conozca la verdad o quizás se conforme con ser  una hipopótama cornuda. ¿Eso sería una nueva especie o no? Maritza me ha humillado tanto… bueno mejor dicho, le he soportado tantas humillaciones.  Gracias a Dios que tú me ayudaste a ver que ella no era  ni mejor ni peor que yo, que nadie tiene derecho a tratarme mal solo por ser diferente.

          Me ha costado mucho pero como siempre dices: “yo no estoy aquí para vivir de lo que piensen y digan otros.” Creo que por fin entendí que es mi turno ganar la partida, recoger mis cartas y sonreírle a la vida.  

          Tengo que decirte que  mañana es la exposición, esa que financió mi exnovio. Estoy preparada para lo que suceda. Mi nueva “yo” va trabajando para conseguir su sueño, creo que se avecinan algunos problemas. Me parece que mi exnovio tiene planes de perseguirme, no sé si quiero que lo haga. No pienses mal, lo que pasa es que una parte de mi quiere que se aleje y no vuelva a hablarme jamás (ya sé que supuestamente me está ayudando, pero quien soy yo para discutir con mi corazón), otra parte quiero que me persiga, así le demuestro que la Flaca ya no es la misma de antes.

          Gracias por permitirme saber de ti, aunque aún no me has dicho por qué te fuiste. Supongo que me dirás en el momento justo. No vendría mal que me contaras más cosas de tu vida, me encantaría saber “¿Cómo te trata la vida?” Hasta pronto…

PD. Estoy trabajando en una nueva pintura, según yo, será toda una obra de arte. La próxima vez te la describo, así hacemos ese juego que me enseñaste: “cuan buena es tu imaginación”.

Te envío un abrazo con sabor a chocolate negro, del que te gusta a ti…

La Flaca

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los tres cerditos: una historia de terror / The Three Little Pigs: A Terror Story

El calcetín rojo

Érase un Hombre que quería un corazón de piedra