Marejadas
1 Matilde llegó a su casa destrozada aquella noche. Se quitó las zapatillas y sintió como sus dedos se desencogían, se estiraban con un sabor a delicia por la planta de los pies. Con sus manos adoloridas sujetó sus pies como si fuesen un cepillo y comenzó a estregarlos, se los estregaba en círculos para sentir alivio. Cuando terminaba, con una mano se sobaba la otra. 2 Carlos estaba en su casa, con su corbata ajustada al cuello, con los ojos brotados como pez helado. Los papeles lo tenían loco, demandas, dinero, bienes mancomunados, dividendos, fraude, fondos… Un fondo que nunca llegaba a tocar. Él siempre trataba, quería hacer todo bien por él y por su hijo. 3 Ella ya había llegado al sofá, aún sin quitarse el delantal. Prendió el televisor para escuchar una voz, quizás para enterarse de lo que acontecía en el país, en ese país de afuera al que ella no pertenecía por falta de unos trámites y unos papeles. De Quisqueya no tenía noticias, así que antes de bañarse ...