Criatura nocturna
En una noche sobria me abandoné en lo profundo del
bosque. El espesor de la vegetación bloqueaba la luz de la luna. Escuchaba
aullidos, sentía los ojos de la noche mirándome. Estaba solo, apreciando la
calma dentro del ruido, la serenidad dentro de la obscuridad. Era aquel mi
lugar favorito, el bosque, el lugar que siempre me ha recibido como uno de los
suyos. No tenía a donde ir, tal vez porque no quería ir a ninguna parte, porque
prefería no ver la luz del sol reflejando mi cara, criaturas nocturnas. Una
noche, de las tantas que anduve por allí, decidí quedarme, no volver a la
civilización, a eso que llaman civilización.
Pasé el tiempo completo abrazado a la noche, igual lo hice las noches
siguientes. Ya van meses desde que esto pasó. Sin embargo, ahora tengo miedo
cuando los arbustos se mueven, cuando los ojos brillantes se asoman de repente,
siempre me digo que no es nada. Pero lo he escuchado de algunos visitantes. Se
rumora, que hay una extraña criatura vagando sola por las noches del bosque.
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