Microcuentos del diferente
La
mano
Su madre solía decirle que los dedos de una mano no son
todos iguales, eso para que entendiera que todos somos diferentes, aunque
vengamos del mismo lugar. Sin embargo, cuando su dedo de en medio comenzó a
crecer exageradamente, lo único que la gente veía en él, era la diferencia.
Tortuoso
talento
Pudo hacer miles de cosas, tenía todo tipo de
habilidades. La mejor de ellas, caminar de cabeza sosteniendo todo su cuerpo
sobre sus manos. Cuando no supo qué hacer con toda ella, incursionó al circo,
donde pasó toda su vida caminando sobre sus manos.
Todos
Todos menos él.
Todos menos ella.
Y entre ellos, tampoco se conocen.
La
cancha/el estadio/ la pista/ la piscina
Él sentado en el banco, mientras los demás juegan.
El
retrato
Lo veía cada día en la escuela, en los entrenamientos, en
las duchas…. Ahí era donde mejor podía admirar el esplendor de los dioses
griegos, las contracturas de un hombre puestas en su sitio. Él era semejante,
pero diferente, tanto así, que su luz vivía en el sitio más obscuro.
Amigas
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Fueron amigas desde el primer instante. Un lazo único las
unió. Parecía que nada podría separarlas. Pero obvio, eso era un error. Cuando
se es diferente, el amor une, pero también separa.
Los
lentes
Cada cosa en el mundo disparaba su imaginación como un
botón de confeti de colores. Casualmente nadie más veía las cosas como ella. Se
sintió sola en un mundo de miopes.
Únicos
Todos eran diferentes, cada uno de ellos, y eso era igual
en todos.
Ojos
Hazel
Cuando sus ojos se abrieron al nacer, comenzó una
disputa, un debate por el inconsistente color en sus ojos. Según fue creciendo
sus ojos se convirtieron en el todo para él. Él era como sus ojos, se adaptaba
al contorno, pero no pertenecía al mismo. Nunca perteneció a los espacios, ni los
espacios a él. Tampoco las ideas, ni las personas, ni las casas, ni las calles.
Él estaba fugado en todo, cambiando su pupila de colores. Él, el diferente, el
raro, el marginado, el fuera de la norma, el que no actúa y hace las cosas como
los otros. Él se hizo famoso vendiendo sus obras de arte, pinturas con un lujo
de detalles que gozaban de realidad. En la más importante exposición, regresó
al lugar que lo vio crecer, al lugar que lo marcó como diferente y raro. Todos
fueron a ver la exposición, no por conocerlo, sino, porque se había vuelto
famoso. Una obra única en su clase fue
desvelada por primera vez ante la vista de todos. Era un lienzo inmenso, que
tenía pintado unos enormes ojos hazel. Los colores variaban sobre el blanco
fondo, no podía detectarse la presencia del marrón vibrante, del amarillo
opaco, del verde esperanzado… el cambio en los colores, la destreza del dibujo,
el arte absorbido por la tela, hacía que todos miraran al centro de los ojos. Y
los centros de los ojos, estaban pintados con un color profundidad del cual era
imposible salir.
F. JaBieR
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