El asesino de Dios

*Nota: este texto no tiene la intención de ofender a ningún lector y mucho menos tiene como objetivo influenciar en él, una creencia firme (no importa cual sea) no tiene nada que temer.

Toma esto como si fuese esa historia: “Crónicas de una muerte anunciada”,  porque te estás muriendo. Realmente no sé si existes o si te fuiste por un agujero negro del universo, pero Dios, si existes, préstame atención.  No entiendo por qué nos creaste, no hace sentido que utilices tu enorme poder para cometer un error. Eres perfecto me han dicho, pero eso no me lo creo. Un grave error has cometido, me pregunto a donde te fuiste, porqué permitiste que al mundo se le oxidara la fe.  Bueno la fe ha sufrido un cáncer de olvido porque nos diste la capacidad de pensar, de cuestionarnos hasta tu propia existencia y pusiste tu invisible palabra en parásitos que se han comido el mundo.    Un día fuimos ungidos con juicio y al día siguiente sofocados por una sed de ignorancia y todo para que suplicásemos  por el agua divina. ¿En qué manos delegaste tu enseñanza?  ¿A dónde te has ido? No quiero intimidarte pero vas perdiendo terreno,  el mundo se divide y acaba la esperanza de que existas,  unos dicen que tú has dejado el camino y  otros afirman que se han falsificado las pistas.  Tú que te ocultas en lo invisible,  calma mi curiosidad y dime si alguna vez has sentido hambre. Hay miles de personas  que mueren en tu nombre y tú bien sabes que no es necesario, todo lo puedes cambiar. ¿No te da vergüenza?   Huye la fe buscando alcanzar la nada, te mueres Dios y no te salva nada. Peor aún  ¿Quién nos salvará a nosotros? Es raro que todo esto sean preguntas, lo que pasa Dios es que el tiempo se cuela por el cielo enamorado y borra todo lo existente haya huido o esté presente, el tiempo poco a poco con el beso de la muerte todo lo olvida. Y ese Dios fue tu error, crear un tiempo  que todo lo quema en el fuego del olvido.  Olvidamos Dios, al menos olvidamos lo bueno que de ti se dice, el tiempo destierra a la esperanza, la fe cerró el telón y se fue para otro lado y tu Señor te quedaste sin espacio en su mudanza. Ahora quedas tú y tu mundo incomprensible. Queda un mundo que te olvida, eso sería tu muerte y el fin de nuestras vidas.  En que lío nos metiste, en que lío te metimos…  ¿Qué hacemos con todo esto, con lo que es, con lo que no es y lo  provocas?  ¡Oh Dios! el tiempo del mundo nos borra, te borra con olvido,  puede que un día dejes de existir y ya lo sabes, eso supongo. Regresa si es que existes, si es que no has regresado y no dejes que olvidemos lo bueno de ti, de lo contrario pon tu cuello sobre  la tabla y el tiempo usará su guadaña de luna menguante para eliminarte del futuro.