Reloj
En una vieja gaveta, entre las mil cosas
que allí se guardan, había un pequeño reloj. Era un reloj de bolsillo, en un extremo,
abrazada a una argolla, había una cadenita muy fina y algo desteñida de tanto
sostener el tiempo. Cuando abrías aquel reloj veías que sus agujas estaban
totalmente detenidas. Podría ser que no tenía baterías o que le faltaba cuerda.
Pero no era así, todo era cuestión de notar
que en su opaca cubierta decía: “Escoge
tu hora favorita, y la conservaré para ti”. Aquel reloj capturaba una hora por
siempre, para él, el tiempo no transcurría jamás. Por supuesto que eso era una
total mentira, el tiempo seguía su rumbo sin detenerse. Sin embargo, aquel
reloj, te daba la oportunidad de disfrutar de aquella hora que tú
escogieras. Una tarde el reloj estaba
descansando en una repisa, cuando una niña lo encontró. La niña no entendía
para qué servía un reloj que no marcaba la hora, así que lo uso para jugar.
Durante años la niña movió las gujas a diferentes horas, medias horas, cuartos
de hora; prácticamente ella le dio vida artificial a aquel reloj. Como a todo en
esta vida, el verdadero tiempo hizo crecer a la niña, el reloj, en medio de un
reclamo de aquellas manos inocentes, quedó detenido nuevamente. Sin ser abierto
y sin saber cómo llegó a la gaveta que les dije en un principio, el reloj
contempla atardeceres y se baña con luz blanca en cada luna llena. Aunque
parezca imposible, la niña, ahora convertida en toda una joven adulta, es la que
guarda ese reloj. Si se preguntan ¿Por qué? me permito contarles. La última vez
que la joven vio el reloj, leyó aquello que decía: “Escoge tu hora favorita, y
la conservaré para ti”. Cuando su madre iba a botar aquel viejo reloj la joven le
dijo que no lo hiciera, ya que ese reloj, en cada uno de sus números y en sus
más profundos engranajes guardaba para la eternidad su feliz infancia. Además, hacía de todas sus horas, las favoritas. Se dice que de esa noche en adelante, a las 8:00pm, el reloj
tomaba vida y cantaba con las ocho campanadas del resto de los relojes del
mundo, por un minuto el reloj le recordaba a su dueña que sus horas de
felicidad seguían estando vivas y estarían aseguradas, como las horas encadenadas a libertad del feliz recuerdo.
Qué lindo, muy esperanzador. El tono del narrador es dulce, literalmente como un cuento que nos están contando al que le tenemos que sacar nuestra propia moraleja.
ResponderBorrarSALUDOS!!
Gracias por hacerme parte de tu lectura, me alegra mucho que te haya gustado. Espero seguir viendote por es blog. Hata la próxima.
BorrarQue bonito!! Ojala yo tuviera un reloj asi...!!
ResponderBorrarMe gustó, tiene magia.
ResponderBorrarUn abrazo.
HD
Muchos comparan su vida con un reloj...que avanza...que para....
ResponderBorrarMuy bonito relato, Un reloj que se encuentra detenido en una hora especifica por falta de pila o por cualquier razón cada 12 horas se pone en sintonía con el Universo.
ResponderBorrarBendito tiempo que con el paso de los años nos hace recordar con nostalgia nuestros mejores recuerdos. Muy bello.
ResponderBorrarSaludos Félix.
Muy lindo, yo tambien quisiera ese reloj, y creo que el final queda de tarea al lector, fascinante escrito muchas felicidades
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