Esperando tu regreso
Hoy es un día de esos que se parecen al día anterior, pocas cosas lo hacen diferente. Yo, un poco por engañar a la costumbre, me siento a escribir. Me coloco frente a la computadora, una página en blanco exige que la llene de ideas. Le digo a esa página que no quiero escribir algo imaginado, le digo, que quiero contarle algo muy mío y muy de ella. Sin más esfuerzo comienzo a decorar con letras la página, mientras lo hago recuerdo que esta mañana saliste con ese vestido azul que te ayuda a opacar el cielo. El espejo no tenía la menor intención de negar tu belleza matutina. Tu cabello estaba revuelto como evidencia de la tormenta de amor a la que habíamos sobrevivido abrazados durante toda la noche. Pero esta mañana no hiciste lo de siempre. Hoy no peinaste tu cabello alborotado y ni le colocaste los acostumbrados los lazos. Al contrario, decidiste someter tu vibrante cabello al calor asfixiante de una plancha de cerámica que cocina...