Al atardecer
Todas las tardes anochece,
porque cada día tiene su noche.
¿Te imaginas que pasaría si siempre fuera de noche? ¿Si las noches nunca contemplaran el amanecer? Sería algo
frustrante, al menos eso creo yo. Lo
creo porque tanto la noche como el día son elementos completos. Completos como
una barra de chocolate. Lo cual lo hace
algo aburrido. Por supuesto para nadie una barra de chocolate es aburrida, pero
estoy seguro que cuando estás por abrir el chocolate, es que comienza la
diversión. Es cuando comienza a rasgarse
el papel que lo cubre que comienzas a fantasear con la mágica barra de
chocolate. Lo mismo pasa con el día y la noche, el día es claro la noche es obscura; pero cuando el
día pestañea de sueño, pinta las mejillas del cielo de un rojo hermoso. Fondo de escena para enamorados, lienzo para
retrato a pincel, cuadro enmarcado de
recuerdo y la muerte de un día que se fuga del reloj. No sabes cómo, pero cuando el día cierra sus ojos para empezar a
dormir, todo descansa y se prepara para
empezar otra vez con un bostezo de la madrugada. No hay nada de particular en lo que digo,
solo creo que los atardeceres son lo más divertido del día, porque no es ni claro ni obscuro, y nosotros que
habitamos en la mente de los días, seguimos viviendo en las noches. Pero que hermoso es cuando el sol se va, los
besos se derriten en la orilla de la playa y los amores salvajes se esconden. ¡Qué hermoso es el fin
del día! Cuando los colores se mezclan,
cuando la luz se apaga, cuando el sol se borra del firmamento. Lo mejor de todo,
es que sabemos que mientras vivamos, habrá un nuevo atardecer que será la puerta
para hacer que el día tenga insomnios cada noche.
He observado que eres una persona muy aplicada.
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