¿Cuándo?
¡Oh! Has llegado hasta aquí y no me he dado cuenta. No es común que pases tu vista por mis letras
y me encuentres aquí a la esquina del
tiempo, alejado de los cuentos que escribo. Hoy es así. Solo por unos instantes
estaré disparando flechas al pasado en busca de cazar respuestas. Es probable
que el camino que tú has andado sea más largo que el mío, o quizás no. Pero
¿Sabes dónde ha empezado tú camino? ¿Podrías responder a mi pregunta sin temor
a equivocarte? Yo he pensado que mi
camino comenzó el día en que dos células se unieron, pero luego me digo
que no. Entonces creo que mi camino comenzó cuando por primera vez le regalé mi
llanto a la sonrisa de mi madre. Pero no es cierto, yo solo sé que eso sucedió porque alguien alguna
vez me lo contó, al igual que un día un periódico me dijo que Estados Unidos estaba
en guerra.
Quizás la vida comenzó un día cualquiera
mientras miraba la tormenta eléctrica que lanzaba rayos al suelo, lo recuerdo
bien, jugaba a los carritos con mi madre, cuando de repente tenía cinco años y
un brazo enyesado luego de una caída,
solo pasaron un día cuando ya montaba mi bicicleta y mi tío se persignaba el
verme correr. Meses más tarde ya estaba aprendiendo a conducir. Uno día más tarde ya era un estudiante universitario. Segundos
después me encuentro aquí en mi jaula de cristal, contemplado el mundo,
volteando mí vista atrás para ver donde dejé mis huellas. La verdad es que no sé cuando llegué al hoy. Solo sé
que soy un pequeño grano de arena que un día será reclamado por la sed
del inmenso mar.
Me pregunto ¿Cuántas vidas comenzaran
con palabras de amor al oído? ¿Cuantas despertarán del letargo con un grito
resonante de dolor? ¿Cuántos sabrán que
la felicidad es un camino y no una meta? ¿Cuántos se darán cuenta de que su vida
no es la vida? Qué la vida es eso que sucede mientras jugamos a respirar
futuros, eso que sucede fuera de nuestra caja de resonancia. Al fin y al cabo no importa, solo hazme un
favor. No importa tu edad, tu sexo, tus experiencias. No importa si estas orgulloso
de tu camino o no, si crees que ya has hecho mucho o si estás incompleto, si fuiste feliz, triste o emociones variadas.
No importa que opinión tengas de tu vida, de tu pasado o futuro, de ti, de lo
que sabes. No importa si crees estar en lo correcto, si has errado, si has
hecho bien o mal, si estás seguro de ti mismo o eres un manojo de
incertidumbre. Menos aún importa si estas conforme con lo que has hecho hasta
hoy, si has vivido como querías, no importa si piensas en contradecirme…lo
único que importa es que por diez segundos mires al pasado, observes el
cementerio de recuerdos al que llamamos memoria y te preguntes ¿Cuándo llegué al
día de hoy? Si no me equivoco,
inexplicablemente llegarás al hoy en un segundo, te preguntaras cómo ha pasado
tanto en tan poco tiempo, y te darás cuenta de que el tiempo pasado es
equivalente a un abrir y cerrar de ojos. Puede que te des pena al recordar que
el futuro puede desaparecer en menos tiempo.
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