Paralelo Uno: Futuro


Llegué tarde. Demasiado tarde, cuando entré a la habitación tenías en tu mano la carta que arruinaría toda mi vida. Una gota de lágrima negra caía del papel. Te veía la espalda y oía tus sollozos tristes. Cuanto hubiese dado porque nunca hubieses encontrado esa carta. Pero tú siempre, con  tus manías de saberlo todo. ¿Por qué demonios abriste el cofre donde estaba la maldita carta guardada? Creías que estabas sola,  pero no era así, recién había llegado a la casa cuando escuché tu llanto. No te dije nada, no quería oír un reclamo tembloroso salido de los labios que he besado por tantos años.  Sentía que te había hecho pedazos el corazón.  Así  que te observé en silencio.  Vi como colocaste la carta en el sobre, la guardaste en el cofre que  estaba recostado sobre mi mesa de noche, allí la dejaste junto a un ataque de celos que colgaba de  la lámpara apagada.
- Hola Raquel, ¿estás en casa?- fueron tus palabras al tomar el teléfono.
- Te escuchas triste Natalia.
- Puedo ir a tu casa por un tiempo.
- Por supuesto, pero ¿Qué te sucede?  ¿Qué pasó  con Chris?
-Después te cuento, no quiero hablar de eso ahora.
          Sin más colgaste el teléfono, dejando en la bocina un reproche opaco que es la causa de mi insomnio. En una maleta echaste toda tu ropa, junto a ella empacaste todo el tiempo  que tenías para mí y dejaste en la mesa el  despertador  que cada mañana me recuerda que ya no estás a mí a lado. Salías de la habitación y no quería que me vieras, así que me escondí. Bajaste las escaleras, por cada escalón que pisabas se perdía una posible explicación.  Tomaste una hoja de la libreta que tenemos en la sala, al leerla me dolió ser un analfabeto emocional.
            Nota:
             Sé lo que hiciste y  no entiendo por qué, yo te amé y lo sabes. Por eso,  cuando llegues esta tarde  no estaré. Te amé, no lo niego, es  por eso que hoy te dejo con la promesa de no volver jamás y te juro que no es mentira. Por si te interesa saberlo te perdono, hasta siempre.
             Cerraste la puerta y la casa quedó con la energía de un muerto.  Tu sombra se había quedado en cada rincón posible. No sé qué hacer con tanta libertad, no sé qué hacer sin ti, te llevaste el aire y dejaste el espacio lleno de insultos intangibles.  Estoy frente a tu foto pensado si la dejo o la quito. Me pregunto ¿Qué hago?

 1/3 [Primera Parte]




Comentarios

  1. Veo que has cambiado la forma de presentarlo y ha mejorado bastante; pero sería un cretino si no te hiciese saber que aún podrías superarte.

    Te sugiero que aumentes un poco el tamaño de la fuente y disminuyas el espacio entre los párrafos.

    Saludos.

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  2. Yo como no entiendo mucho de como hacer relatos, solo puedo decirte Felix, que lo que narras, es el día a día, y que mi modo de saber y hacer, yo no lo hubiese echo mejor, pero está bien que hagas caso de los que llevan un largo recorrido en esto...como es el caso de Francisco...a mi me ha encantado la forma, también sé, que todo se puede mejorar en la vida, porque no somos perfectos.
    Gracias y feliz día Felix.

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