Parlelo dos: Pasado
Día de un mes de un año pasado
Querido
diario, ya van varias semanas de estas detestables. Hago lo posible por hacerlo bien, pero creo
que en esta casa lo que van quedando son unos pequeños pedazos de amor
delirante. Yo lo amo, pero Chris es
hombre de luz que se cobija en la sombra. Es pura sorpresa. El tiempo pasa por
mi vida y Chris no está en ella, yo entiendo que necesitamos dinero para
vivir, pero creo que hay algo más. ¿Dónde está todo ese amor que juramos? Ya estoy
harta de engañarme, sé que a veces peco por hablar demasiado y decir cosas de
mi esposo que sé que no son ciertas, pero es que me da rabia que él sea tan
testarudo. A estas alturas parecemos amigos, intento ver dónde está el fallo,
pero debo estar ciega. Todavía lo amo.
-Natalia,
esta noche puede que no venga- Con esas
palabras cerró la puerta esta mañana al salir de casa. Me duele tener miedo y
pensar que a esta hora este jugando al amor con la tal Luisa. Me dolería en el alma saber que regresó con
quien algún día fue su amor. No porque vuelva con ella, sino porque me dijo que
eso solo fue un amor de escuela y a mí no me gustan las mentiras. Él lo sabe y
por eso me tiene viviendo en una montaña rusa de emociones, con su dulce amor
juguetea que con mis miedos y mis manías. No entiendo como solo hace unas
semanas todo cambió. Debe ser que apareció
Luisa, me contradigo al pensar que el me la presentó como una vieja amiga de la
escuela.
Estoy hecha un lío. Me gustaría saber
a dónde ha ido estos días, me gustaría saber por qué ya no preguntas por mí o mejor
aún porque yo te sigo pensando. Creo que
te debo algunas disculpas, yo sé que he tenido varias culpas, he ido perdiéndote.
Muchas veces me doy cuenta, te veo mirando al cielo y juraría que hablas con
las estrellas, con los planetas y hasta con los marcianos; yo solo estoy a tu
lado pensando que tú eres mi cielo, mis estrellas y mi marciano, pero no puedo
compartir ese espacio en el que te me metes dentro de tu imaginación. Donde tú ves animales, yo veo nubes; pero me
encantas. Eres simplemente lo más
profundo que he encontrado en la vida. Profundo y cada vez más distante de mi
orilla, así es que te veo, no quiero que sea así. Más no puedo evitar dudar que
sea otro amor con nombre el que te aleja de mí. No quiero ni pensar que tus
fuertes manos tiemblan al hablar con ella, que esa otra la que roba tus noches
de sueño. ¿Habrá enfermado de hastío nuestro amor? La verdad no sé qué hacer,
algo en mi mente me dice que a la larga lo bueno es lo correcto, aunque me cause dolor.
Crees que no te vi, pero la otra vez guardaste en tu mesa de noche una carta.
Estoy aterrada, pero decidida a que mañana cuando tú no estés me arriesgaré a lo
incierto, y porque si mi corazón ha de salir herido, quiero saber
la causa.
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