En caso de que un día me leas
No sé por qué gasto
letras escribiendo acerca de ti, pero aquí estoy, apuñalo el papel con el
carbón de un lápiz viejo que encontré al
lado del primer y único recuerdo que dejaste en mi memoria. Continúas tu
camino, probablemente te esperan cosas más grandiosas que el haberme conocido.
Lo sé, no soy tonto. Aun así me pregunto porque te eché de menos cuando salí a
la calle y no estabas. Es curioso, hace algunos días no sabía de tu existencia.
Sin embargo, el compartir solo un pequeño rato me permitió leerte como un libro
de los que tanto amo. Es posible que las juguetonas arañas del tiempo hayan
muerto antes de permitirme leer el primer capítulo, pero en esas pocas páginas
que leí, pude sentir una ternura extraña que venía en busca de un corazón donde
cobijar la lágrima que ocultas en tus ojos. No sé por qué me
gustaría verte otra vez. No sé si es curiosidad, solo quiero saber ¿porque
estás sola? O mejor ¿por qué te sientes sola? ¿Por qué eres diferente? ¿Por qué
en ti se esconden misterios que te hacen ser quién eres? ¿Por qué me hablaste?
Me parece que tengo muchas preguntas. No puedo evitar sentir, que antes de
tomar el vuelo a tu próximo destino, se resbaló de tu alma un diamante de
esos que cuelgas en tu corazón. Ayer fui
a aquel lugar donde te conocí y vi una
pequeña araña en una taza. No estoy seguro, pero me gusta ser ingenuo, y
creer que aquella pequeña araña teje un
tiempo destinado a tu regreso. Quizás no sea así, pero si lo fuera no dudes en
buscarme, porque te estaré esperando;
para seguir una charla que se quedó atrapada en la distancia, desde el momento en que te fuiste. Recuerda que estaré
esperándote con una taza llena del extraño vacío que dejaste.
¡Qué emotivo!. Muy lindo y lleno de sentimientos.
ResponderBorrar¡Gracias Patricia!
ResponderBorrarMuy emotivo relato. Alguna vez en nuestra vidas hemos sentido lo mismo.
ResponderBorrarA veces sentimos lo mismo
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